"La parte de Guermantes", la tercera hoja del gran fresco proustiano "A la busca del tiempo perdido", marca el final de la adolescencia. Observamos a la aristocracia y a la burguesía parisinas a través de los ojos de un joven burgués para el que confrontar el mundo con su inteligencia es ya lo más importante. Aquí se unen amores imposibles y dolorosos con el retrato feroz de un salón mundano, donde se derrumban personajes y ambientes antes mitificados y ahora desprovistos de sus oropeles. Frente a la pura farsa nada se salva, ni siquiera por la vía de las pretensiones intelectuales o artísticas. La lucidez, el pesimismo y la ironía de Proust se expresan aquí con más vigor que nunca. Quizás la parte más divertida, también se presenta en esta cota la faz más amarga, la de la enfermedad y la muerte. En una dimensión histórica la sombra del caso Dreyfus se cierne sobre toda la novela y divide a sus actores. Si este gran ciclo novelesco es una comedia social excepcional, esta entrega es la prueba más clara de ello.