En un breve escrito titulado Fluctuation sur la liberté, el poeta francés Paul Valéry escribió Libertad: he ahí una de esas palabras que poseen más valor que sentido; que cantan más que hablan; que preguntan más que responden. Efectivamente, las discusiones alrededor de cómo deberíamos conceptualizar la libertad son casi siempre apasionadas, complejas, interminables. Y deberían seguir siendo apasionadas, complejas, interminables. Pues el hecho mismo de que pueda haber debate sobre nuestros ideales políticos es ya un signo inequívoco de libertad. En esta inmersión rápida a la cuestión de la libertad se pone de relieve que existen dos enfoques distintos, pero interconectados, sobre la libertad como problema: en tanto que hecho (¿es libre, realmente, el ser humano?) y en tanto que ideal moral o político (¿en qué consiste una vida en libertad?). En relación al segundo enfoque, el libro subraya especialmente la estrecha conexión que habitualmente trazamos entre el ideal de libertad y el ideal democrático. Una conexión que, por desgracia, la actualidad política de nuestras sociedades cuestiona demasiado a menudo.